martes, 26 de abril de 2011

Análisis de las propuestas del concurso "Atrio de la Alhambra"

Recientemente se ha realizado la resolución del Concurso Internacional de Ideas "Atrio de la Alhambra", convocado por el Patronato de la Alhambra con la finalidad de reordenar y organizar el actual punto de entrada y salida de los visitantes del monumento más importante de España.

Muchos han sido los estudios de prestigiosos arquitectos los que han presentado sus proyectos, de los cuales se realizó una selección final de cinco. El ganador, del equipo formado por Álvaro Siza y Juan Domingo Santos, y otros cuatro finalistas: el arquitecto sevillano Guillermo Vázquez Consuegra, João Luís Carrilho da Graça y Antonio Jiménez Torrecillas, el tándem formado por Aires Mateus Associados y Antonio Tejedor Cabrera, así como los miembros del estudio sevillano de arquitectos Cruz y Ortiz.

Por esta razón, y con la gran importancia que tiene el monumento nazarí en esta ciudad, consideré oportuno encargar a mi amigo y arquitecto José A. Márquez Santoyo, su análisis objetivo de las diferentes propuestas para, de esta forma, tener una visión más profunda de los aspectos esenciales de cada proyecto.

Les dejo a continuación con el resultado de su estudio, aconsejando a todo lector que realice un análisis propio de lo expuesto, gracias a los enlaces que voy a proporcionar en los que encontraréis toda la información.

Entrada actual de la Alhambra, y objetivo de la remodelación planteada en
el Concurso Internacional del Patronato

En las siguientes líneas me propongo dar mi opinión crítica  sobre las entradas del Concurso “Atrio de la Alhambra”. Son ideas más o menos inconexas que no pretenden establecer una conclusión y que dejan abiertas más dudas que certezas como punto de partida de un debate sin dudad mucho más amplio como es la intervención en el Patrimonio Histórico en general, y en el de Granada en particular.


Escuchar el silencio
Comentarios inconexos sobre el Concurso de ideas Atrio de la Alhambra. 

…” Si lo que vas a decir no es mas bello que el silencio, no lo vayas a decir…”
(Cuando el mar te tenga. El ultimo de la fila)

Que difícil resulta estar callado cuando lo que se espera de ti es que hables.  Pero resulta evidente que a veces el silencio es más elocuente que cualquier sonido. El silencio puede ser interpretado como un signo de respeto o como la evidencia del desconocimiento. Se puede entender como un signo de inteligencia o de negligencia. Podemos hacer pausas valorativas que soporten un argumento o quedarnos sin palabras.

En este concurso, se aprecian claramente dos tipos de ideas. Los proyectos que pretenden ser un objeto reconocible, un hito de entrada  mientras que resuelven un programa y los proyectos que pretenden resolver ese programa huyendo de una imagen exterior “potente”, pero introduciendo una serie de valores conceptuales, sensoriales o poéticos que hacen que lo simple se aleje de una a priori ramplonería. Todos aportan ideas interesantes y diferentes puntos de vista. Todos en mayor o menor medida hacen referencia e interpretan la aplastante tradición islámica que representa la arquitectura a la que pretenden servir, pero sigo teniendo la sensación de que algunos se resisten a callar…

Desde mi punto de vista y más en una época que está viendo el fin de un tipo de arquitectura que no es más que el reflejo de los poderes de cartón piedra que la demandan, proponer una arquitectura basada en la redefinición y resolución de un programa, que asuma su papel subsidiario y que esto se lleve a cabo a través de las herramientas que el propio oficio ha ido depurando a lo largo de los siglos, me parece lo más honesto y me hace albergar cierta esperanza en esta profesión que sin duda tendrá que redefinir y adaptar sus roles dentro de la sociedad. Acción ésta que por otra parte ha ido haciendo desde  los maestros canteros de la Edad Media hasta nuestros días.

En este sentido tengo la sensación de que el Proyecto de Juan Domingo Santos y Álvaro Siza, ganador del concurso 'Atrio de la Alhambra', asume como propias estas premisas hilvanando un proyecto que resuelve un programa bastante complejo y que a la vez pasa desapercibido. Esta es desde mi punto de vista la principal virtud de este trabajo. El saber estar callado utilizando desde el compromiso contemporáneo las herramientas más útiles y sencillas de nuestra arquitectura vernácula. El vacío y la luz. La materialización de estos conceptos se destila en el concepto de patio. El patio como elemento de conexión y como herramienta de ordenación.

Imagen realizada por Álvaro Siza y Juan Domingo Santos ©
para la presentación del proyecto


La arquitectura árabe se basa principalmente (corriendo el riesgo de ser excesivamente simplista) en la generación organica de unos espacios desde el interior hacia el exterior. Es decir por puras leyes de necesidad y sin atender a condicionantes externas de estilo o composición. Y es en este trabajo donde desde mi punto de vista recuperamos al mejor Siza. El Siza de los vacíos, el de los silencios, ese que sabe concatenar espacios con diferentes necesidades dotándolos de unidad. El Siza de las piscinas en Leca o el de la Escuela de Arquitectura de Oporto.

Infografías de la propuesta del proyecto
de Aires Mateus y Antonio Tejedor ©
El Proyecto de Aires Mateus y Antonio Tejedor es un proyecto emocional y emocionante que basándose en la tradición islámica de la luz como interpretación figurativa del universo, monta una enorme cubierta que alberga y ordena el programa y que despeja la superficie sobre ésta como un interesante espacio público al aire libre. Como ellos mismos explican en la memoria del proyecto, la manera de entender el territorio donde el proyecto se inserta como una sucesión de paratas que por razones funcionales y programáticas (acequias, parking…) lo han ordenado a lo largo de los siglos como contrapunto a un espacio más urbano intramuros, es la génesis y desde mi punto de vista el talón de Aquiles de la propuesta. Me parece más que interesante esa forma de entender e interpretar esos espacios de antesala a la Alhambra, pero desafortunadamente, el proyecto no lo ejecuta con la habilidad y puntería de previas intervenciones. Si en el proyecto del actual parking, los austriacos Hubmann y Vass reinterpretaban la disposición y geometría de las acequias de riego como una forma de ordenar en sección la inmensa superficie programática requerida huyendo del extensivo parking americano tipo, el hecho de que el proyecto de Mateus y Tejedor proponga una sugerente idea y una fascinante  expresión gráfica de la sección sin proyectar el edificio en sección se me antoja, como poco, desilusionante. El edificio es entendido como una enorme plataforma enterrada bajo un extraordinario juego de cielos artificiales. Creo que el programa daba lo suficiente de si como para disponer diferentes plataformas bajo esos “cielos”, de modo que el programa bebiera de la riqueza de estos espacios que de algún modo y ayudados por la buena modulación del propio proyecto, hablarían de la idea del sugerir, del descubrir, tan propias de la arquitectura islámica y que huirían de la concepción de un espacio único y enorme bajo un impresionante juego plástico de cubiertas.


El proyecto de Antonio Cruz y Antonio Ortiz, es un pabellón que resuelve eficazmente un programa atendiendo a condicionantes externas, modificando un recorrido ya existente. Es un edificio austero, profesional, sencillo que alude al paseo bajo una enorme pérgola como elemento sensorial de enlace con la cultura árabe a través del juego constante de luces y sombras, y que propone un “camuflaje” de su enorme masa a través de la acción de la vegetación circundante.

No seré yo quien descubra ni  enmiende la plana a estos maestros sevillanos, pero no entiendo por qué quieren hacer un edificio desde el punto de vista más ortodoxo de la palabra para luego camuflarlo. Me da la sensación de que es una idea algo pobre y se me antoja como  solución de compromiso.

Infografía realizada por el estudio de Cruz y Ortiz © en su propuesta

Es un edificio. Un bloque, con todas las consecuencias buenas y malas que eso conlleva. Desde mi punto de vista se aleja del carácter subsidiario y de servidumbre del que ellos mismo hablan en su memoria para convertirse en el edificio anuncio de algo que no necesita publicidad. Es un edificio que pretende mediar ente la Alhambra y sus espacios aledaños con una escala discutible y con un volumen (físico y “sonoro”) quizá algo chirriante.


El proyecto de Antonio Jiménez Torrecillas y Joao Luis Carrilho da Graça representa desde mi punto de vista el más interesante intento de aproximación conceptual y poética de todos las entradas del concurso. El uso del agua como elemento fundamental de la cultura árabe que tiene su reflejo tanto en el interior de los palacios nazaríes como todo el sistema de producción agrícola que abastecía la zona y el resto de la ciudad y su vega, se entiende como punto de partida conceptual y queda reflejado en la preciosa maqueta que presentaron al concurso. Como explican en la memoria del proyecto, éste nace de las necesidades internas del programa y tiene su reflejo en la desmaterialización de una imagen que se funde con el paisaje circundante haciéndose participe de él. Es más que un edificio una infraestructura. Una infraestructura poética que resuelve unas necesidades muy claras estableciendo un vinculo subjetivo y evocador con  su entorno y con la memoria del lugar a través de la conexión y recuperación que establece con las distintas cotas de entrada y relación como son las Casas labor de la Mimbre o la galería exterior de cipreses.

Una perspectiva (infografía) del interior realizada por el equipo de
João Luís Carrilho da Graça with Antonio Jiménez Torrecillas©

Este proyecto edemás tiene un sólido concepto medioambiental ya que dada su condición semienterrada y el uso del agua no solo como elemento evocador y poético sino como elemento pasivo de control térmico, contribuiría a fomentar un control medioambiental acorde con los nuevos compromisos  y retos  del Siglo XXI a través de usos y conceptos tradicionales que enlazan con la arquitectura más honesta y vernácula.

Vista general de la maqueta realizada por el equipo
João Luís Carrilho da Graça with Antonio Jiménez Torrecillas©

En sin dudad uno de mis proyectos favoritos al que echo en falta un mayor desarrollo técnico y  programático, que sin perder ese espíritu conceptual  de simpleza y honestidad, explicara algo mejor y con más claridad su posterior desarrollo como obra de arquitectura.

Imagen de la maqueta realizada
por el estudio de Vázquez Consuegra ©
de su proyecto para el Atrio de la Alhambra
El Proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra es otra manera de entender la resolución de un programa atendiendo a unos condicionantes externos que hacen que el proyecto se genere con una vocación organica (en cuanto a que se aleja de una geometría ortogonal) y ordena unos limites que pretende desdibujar. Es un proyecto muy bien resuelto que deja algo frio al comprobar que los mecanismos de generación y posterior resultado formal están faltos de la potencia conceptual de otras propuestas. Visualmente es interesante, pero me da la sensación de que es uno más de esos proyectos que se generan en torno a la idea de la ordenación de unos flujos (elemento imprescindible en este proyecto) pero que lejos de ser ese elemento integrado en el paisaje de la Alhambra del que habla en su memoria, se acaba precisamente convirtiendo en el objeto del que pretende huir. La cualidad orgánica desde mi punto de vista no se adquiere huyendo de la geometría ortogonal sino atendiendo a las leyes que hacen que un proyecto de arquitectura se genere, más allá de criterios compositivos y formales. Y aunque este proyecto tiene una clara vocación orgánica, hay algunos gestos y tics que lo alejan de esta concepción y lo acercan al tipo de edificios “estrella” más preocupados del que dirán que del qué decir. Quizá a esto contribuya la manera de presentar el proyecto y sobre todo la maqueta del mismo en la que se interpreta una potente declaración de singularidad mas que de integración en el paisaje.

Espacialmente el proyecto es muy interesante y hace referencia a esa busqueda que el maestro Guillermo Vázquez viene desarrollando en proyectos como el Palacio de Congresos de Sevilla o el Museo Nacional de Arqueología Marítima de Cartagena.



Nota:

Se pueden encontrar información de los proyecto indicados en:

+ Proyecto de Álvaro Siza y Juan Domingo Santos: enlace
+ Proyecto de Aires Mateus y Tejedor:  enlace
+ Proyecto de João Luís Carrilho da Graça y Antonio Jiménez Torrecillas: enlace
+ Proyecto de Guillermo Vázquez Consuegra: enlace
+ Proyecto de Cruz y Ortiz: enlace

Agradecimientos:

  • Al estudio de Antonio Jiménez Torrecillas y departamento de comunicación del estudio João Luís Carrilho da Graça
  • Departamento de relaciones externas del estudio de Cruz y Ortiz.
  • Departamento de comunicaciones del estudio de Vázquez Consuegra
Por su disposición en la aportación de información y la atención e interés mostrado en esta publicación.

2 comentarios:

Mayte MCaro dijo...

mi pregunta es: es necesario otra vez levantar este espacio???, porque no se construyo con perpectiva de futuro?, ya estanos jarticos muchos granadinos de las obras que se empiezan y no se acaban, que se termine lo que hay en obra y despues ya veremos que sevilla parece que quiere que grana no se levante del suelo y que su turismo se vaya desilusionado por tanta obra!!!

Alberto Donaire dijo...

Pues llevas razón, Mayte, en lo relativo a la gran cantidad de obras que soporta esta ciudad desde hace unos años. Sin embargo, creo que son instalaciones necesarias para un monumento tan visitado como la Alhambra

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