domingo, 23 de septiembre de 2012

Paseo por el Zenete y la Alcazaba Cadima

En anteriores entradas he comentado que Granada es una ciudad que por su orografía permite tener multitud de perspectivas, cada una de las cuales nos deja disfrutar de muchos detalles de la ciudad. Evidentemente una de las mejores zonas para hacerlo es el conocido actualmente como barrio del Albayzín (o Albaizín), que ocupa una colina ubicada a la derecha del río Darro.

Transitar por estas calles es hacerlo por el germen de la ciudad de Granada, pues en esta zona decidieron ubicarse los ziríes en el siglo XI, momento este que muchos historiadores y arqueólogos consideran como el momento de fundación como tal de la ciudad de Granada. Lo hacían, eso sí, sobre los restos de lo que fuera en su día asentamiento (oppidum)  íbero (s. VII a.C.), y posteriormente romano, por lo que debemos apreciar la historia que se acumula bajo las calles de todo este sector granadino.

Panorámica observada desde el Mirador de Cruz de Quirós


Es por ello que esta serie de paseos que quiero ofrecer a los lectores de este blog comienzan con un paseo por este barrio tan enigmático, característico y único que tenemos en esta milenaria ciudad. El punto de partida será la plaza ubicada justo enfrente de la Puerta o Arco de Elvira, pues quiero de esta forma revalorizar la que durante la dominación musulmana sería una de las principales entradas a la ciudad. Lo que nos resta de la puerta de Elvira es una parte de la grandiosa construcción que tuviera en su día, y su nombre al igual que la calle se debe a la orientación que tiene hacia la que hasta el siglo XI fue capital de la Cora, la medina de Elvira, que ya fue tratada en una entrada dedicada a la calle con el mismo nombre (ver aquí).

Atravesamos este resto tan importante de la ciudad y embocamos la calle hacia la derecha, justo como se hace desde que en el siglo XI (comienzos s. XII)  se definiera el urbanismo de esta zona, y sin avanzar demasiado deberemos pararnos a la altura de un pilar ubicado a la izquierda, con una imagen de la Virgen de las Angustias en una pequeña hornacina adornada con faroles. Justo aquí comienza la Cuesta de Abarqueros, calle escalonada y de una pendiente pronunciada con un firme irregular, por lo que aconsejo a quien realice este paseo lo haga con calzado cómodo y plano (¡"prohibidos" los tacones!). Subimos por esta calle que supone sin duda un cambio urbanístico notable con respecto a lo que hemos dejado justo atrás, pues los edificios se convierten en casas, las calles ya no son anchas y asfaltadas, entrando en otra identidad diferente de una misma ciudad.

Cuesta de Abarqueros


Cuando llegamos al final de esa cuesta podemos girarnos y observar que ya tenemos ante nosotros una vista diferente de la ciudad, con la posibilidad de ver las torres de iglesias (San Juan de Dios, San Jerónimo, por ejemplo) además de la parte superior del Arco de Elvira, y muchos otros detalles que os dejaré descubrir. Al llegar al final de la cuesta giraremos a la derecha, y transitaremos por el Callejón del Zenete, que mantiene la denominación que toda esta zona tuviera en tiempos árabes. Según dejara escrito Luis Seco de Lucena Paredes, reconocido arabista granadino de comienzos del siglo XX, el término Zenete (del árabe Sened) lo interpreta como "falda de montaña, ladera, subida del llano a la altura", significado que describe de forma lógica esta zona, y que es perfectamente aplicable a esa región de la provincia cercana a Guadix también conocida con esta denominación, que a mi personalmente me parece más que razonable.

Caminaremos por esta calle hasta que a la izquierda, por encima de nuestras cabezas, observamos un aljibe de ladrillo (Aljibe del Zenete s. XVI), desde el cual subiremos hasta un pequeño rincón acondicionado como mirador, denominado de la Cruz de Quirós. Es uno de los puntos que permiten otear la ciudad hacia el oeste, con especial protagonismo de la cabecera de la Catedral que tanto impresionó desde su construcción, y que muchos artistas han dibujado en sus obras, incluido el gran Velázquez. Punto este en el que podremos reposar a la vez que descubrir a qué iglesias pertenecen las torres que se observan, o percibir la diferencia entre la planificación de calles entre unas y otras zonas.

Dibujo realizado por Velázquez de la cabecera de la Catedral de Granada (1649)


Seguiremos nuestro paseo por la calle Bocanegra (a la derecha) que desemboca directamente en la calle Oidores, denominación que se debe a la cercanía de la Real Chancillería, que subiremos hasta encontrarnos con la entrada del Monasterio de Santa Isabel la Real, cuyo compás e iglesia merecen una visita más profunda, pero que podemos disfrutar en todos los detalles que una construcción de comienzos del siglo XVI nos puede aportar, además de disfrutar de un ambiente relajado y tranquilo propio de estos lugares.

Continuamos nuestro camino por la calle Santa Isabel la Real hasta la confluencia con la Cuesta María de la Miel, de la cual puedo comentar que podría constituir una de las calles más antiguas de toda la ciudad, según lo atestiguan los restos arqueológicos hallados en toda esta zona, tanto íberos, como romanos y por supuesto ziríes y nazaríes. Llegaremos siguiendo esta calle a la Placeta de las Minas y en la misma dirección a otra de las puertas de la muralla defensiva de la entonces Alcazaba Cadima. Se ha datado en el siglo XI, conocida como Puerta Nueva o del Ensanche (Bab al-Ziyada), y que tiene como peculiaridad que sería una de las primeras entradas en recodo construidas en la ciudad, modelo que después ya sería utilizado en el resto de accesos controlados por la defensa militar (como las construidas en la Alhambra, por ejemplo).

Cuesta María de la Miel

Estamos en la Plaza Larga, espacio que es habitualmente usado para un mercado con puestos que pueden interpretarse como una continuidad del uso que ya tuviera desde el siglo XI, casi como una representación fosilizada de lo ocurrido hace casi mil años. Aporta, además, un ambiente de barrio que los vecinos albaicineros se esfuerzan en mantener, y que sin duda es de los elementos más importantes del mismo.

A la izquierda de la plaza se abre la Cuesta de la Alhacaba, en la que pasearemos en paralelo a los restos de la muralla que cerraría la citada Alcazaba Cadima (o Vieja), que en algún punto podemos observar con claridad, y que suponen un tesoro arqueológico, uno más de Granada. No tiene tal tratamiento por parte de las autoridades, pues no hay más que observar lo descuidado del entorno, algo que sólo puede ocurrir en Granada, pues cualquier otra ciudad cuidaría este entorno con sumo interés y cuidado, además de haberlo acondicionado como elemento de interés turístico.

Terminada la cuesta llegaremos al punto de partida, momento en el que podréis aprovechar para aportar algún comentario a esta entrada, indicándome qué os ha parecido, los puntos más interesantes o citar los detalles que tengan especial interés para vosotros. Para aquéllos que dispongan de un móvil de última generación, os dejo por aquí tanto el mapa con la ruta como el archivo que os permitirá realizarla sin pérdida posible.



Ver Paseo por el Zenete en un mapa más grande


Fichero KML de la Ruta: Descargar aqui

Seguimos caminando...

sábado, 1 de septiembre de 2012

El plano de Granada de Ambrosio de Vico

Sin duda una ciudad es una entidad orgánica que crece y se transforma siguiendo los criterios que sus pobladores establecen en cada fase histórica concreta. En los siglos XVI y XVII se producen en Granada muchos cambios desde el punto de vista social que implicarán además un cambio evidente tanto del urbanismo como de las edificaciones. Tras la Conquista finalizada el año 1492, transcurrirán muchos años en los que aún se mantendrá una mayoría de población musulmana en la ciudad, avanzando con el paso de los años el proceso de repoblación cristiana. Esta situación provocará no pocos problemas de convivencia en la primera mitad del siglo XVI, provocados por las diferencias religiosas en primer lugar, pero sobre todo porque los acuerdos establecidos entre los Reyes Católicos y el rey Boabdil obligaban al mantenimiento de las condiciones de propiedad para los pobladores musulmanes que decidieran quedarse en la ciudad tras la cesión del poder, lo que establecía una diferencia importante con respecto a los nuevos pobladores cristianos venidos de otras zonas de España.

Detalle de la plataforma de Ambrosio de Vico


Esto propició un siglo XVI marcado por una convivencia muy compleja tanto en la ciudad como en el resto del Reino de Granada, con diferentes sublevaciones musulmanas que tendrían en la de las Alpujarras  (1568 -71) su momento culminante y a partir del cual se toman medidas más radicales con la población morisca.

En esta época de finales del dieciséis Ambrosio de Vico trabaja ya como arquitecto principal (o "maestro mayor") de la Catedral de Granada, momento en el que recibe el encargo del Arzobispo Pedro Vaca de Castro de realizar un mapa de la ciudad. Son momentos en los que desde la Iglesia Católica se están aplicando las reformas establecidas en el Concilio de Trento y que suponen un acelerador del cambio de una ciudad marcada por su pasado musulmán. Por tanto tendría la autoridad eclesial granadina mucho interés en mostrar una ciudad diferente en la que ya no quedan restos de mezquitas o baños árabes, sino más bien plagada de iglesias y monasterios. Esto ayudaría a modificar la idea que pudieran tener en cualquier punto de Europa de la ciudad que había sido conquistada un siglo antes, y por tanto serviría la realización de un plano para dar a conocer esa realidad constructiva.
Por tanto esta es la razón esencial de la traza de la denominada plataforma por Ambrosio de Vico, en la que se destacan los edificios principales de la ciudad, y evidentemente todas y cada una de las iglesias construidas, ocupando muchas de ellas espacios en los que hubo con anterioridad mezquitas musulmanas. Ha servido desde entonces como documento fundamental para conocer la ubicación de construcciones ya desaparecidas además de servir como soporte en multitud de estudios históricos de la ciudad. Su fecha de ejecución no se conoce con exactitud, pero sí un margen que estaría entre los años 1570 y 1614 establecidos en función de los edificios que dibuja de Vico y la ausencia de algunos como la Torre Turpiana o alminar de la mezquita mayor.

Realiza el grabado del mismo Francisco de Heylan como indica la pequeña cartela que aparece en el mismo en la parte inferior izquierda. Su ejecución final se llevó a cabo en dos planchas de cobre cuya unión proporcionaba un total de 420 x 620 mm, originales que se conservan en el Archivo del Sacromonte.

Muchos son los detalles que se pueden observar en este plano, el cual podremos comparar con la realidad actual y en muchos casos existirán coincidencias del trazado de calles y plazas, pero en otros el cambio ha sido notable. Se observa por ejemplo unos límites de la ciudad muy diferentes a los actuales, marcados en ese momento por la muralla defensiva musulmana que aún se conservaba en su mayor parte. Además se pueden ver detalles como los que enumero a continuación:


  • La Catedral estaba en ese momento en construccion, y se observa en el plano que estaría casi terminada la torre y la cabecera, y estarían planteadas las naves del templo.
  • Muchos de los conventos que aquí se pueden ver ya han desaparecido, pero han dado origen a plazas y edificios que actualmente guardan una estructura similar, como pueden ser el Convento del Carmen (actual Ayuntamiento) o el de San Francisco (actuales instalaciones de Capitanía o MADOC).
  • Se pueden recorrer calles aún existentes hoy, como la calle Zacatín que en aquel momento tendría su extensión total hasta confluir en la calle Elvira. O la calle de los Mesones, indicada en este mapa con tal denominación que termina la extinta Puerta del Rastro (posterior Puerta Real).

Muchos más son los detalles de gran interés para cualquiera que conozca la ciudad y quiera saber cómo era en aquel momento. Razón por la cual dejo a continuación una herramienta que permite una ampliación del mapa y poder visualizar con tranquilidad y facilidad cada uno de los espacios dibujados. Para ello, tan sólo se ha de arrastrar el ratón por encima del mapa y en el punto que requieran más detalle, utilizar la rueda del ratón para acercar aún más la "lupa" (puede que tarde un poquito al principio, pero merece la pena).

Espero que el trabajo que he realizado sea de vuestro interés, y sobre todo os permita conocer un poco más de esta Granada que cambia en su estructura, pero mantiene una esencia y misterio únicos.


Seguimos caminando...