Situada en el centro de la ciudad, muy cerca de la plaza del Carmen (Ayuntamiento) y de la Catedral (situar en el mapa). En tiempos de dominación musulmana su estructura no era más que una explanada conformada por los depósitos del cercano río Darro, de ahí que ellos denominasen esta zona como arenal. En la parte occidental de la plaza se encontraría la muralla defensiva que venía de norte a sur, cubriendo toda la zona que hoy ocupan los edificios limítrofes con calle Mesones.
Plaza Bib Rambla a comienzos del siglo XX Se observan aún los miradores del edificio del Arzobispado, desaparecidos en el incendio de 1982 |
Precisamente la apertura en esa muralla y como entrada principal se encontraba la puerta del Arenal (bib al-rambla). Conformaba así un espacio abierto en una zona muy importante en esa época, pues se situaban muy cerca la zona comercial más importante (Zacatín y Alcaicería) y por supuesto la religiosa (Mezquita Mayor). Además, se establecen pescaderías y carnicerías en la zona que ocupa la calle Príncipe.
Después de la Reconquista tanto el Rey Fernando como los diferentes sucesores establecen que esta zona se convierta en una plaza, al estilo de otras ya existentes en Castilla. Se construyen casas a su alrededor, para alojar principalmente a los nuevos pobladores de la ciudad y a muchos de los soldados que participaron en las batallas previas, y que ahora realizaban tareas de vigilancia y control de una población todavía de mayoría musulmana.
En la zona occidental se construye en el siglo XVI un edificio conocido como Casa Miradores, con trazas de Diego de Siloé y construido con piedra de Sierra Elvira por Juan de Asteasu. Fue ocupado por oficinas municipales y se utilizaba a modo de palcos por las autoridades en los múltiples eventos (juegos de cañas, toros, etc.) y fiestas organizados en la plaza, sobre todo en los días de Corpus. Un incendio en 1879 lo destruye casi en su totalidad, ardiendo el Archivo general de Protocolos situado en su segunda planta, perdiendo así documentos muy interesantes de la vida de la ciudad. En 1886 sería demolido en su totalidad.
La misma demolición terminó con el Arco de las Cucharas, que formaría parte de la decoración de la planta baja de la Casa de los Miradores. Se trataba de la apertura en la muralla para comunicar la plaza con las carnicerías de calle Mesones. Se denominó así por la venta de las cucharas de madera usadas por la gente más pobre y que se vendían en esta zona, y conserva el apelativo la calle que se sitúa en esa zona.
Desaparecen en esta época las carnicerías y pescaderías musulmanas de la zona oriental, y se trasladan a otras recién construidas en la otra parte de la plaza. Se construyen en esta zona el Hospital e Iglesia de San Sebastián erigido por una hermandad de mercaderes y tratantes de ganado, y se conforman nuevas calles hasta llegar al río Darro.
Ya en el siglo XIX sufre de nuevo una gran transformación debido al poder que va surgiendo de la burguesía. En este tiempo se elimina una zona de soportales de la parte norte, se derriba la zona de hospital e iglesia y se construyen nuevos edificios, conformando la actual calle Príncipe. En la parte occidental se destruyen todos los edificios históricos (Miradores) y la puerta de las Orejas (1884). De esta época de renovación extremista queda tan sólo el edificio del Arzobispado.
Plaza Bib-Rambla a comienzos del siglo XX. La estatua es de Fray Luis de Granada, trasladada en 1940 a la plaza de Santo Domingo, su actual ubicación |
Ya en el siglo XX se realizan algunas tareas de acondicionamiento y ornamentación, como el traslado de la fuente de los Gigantones en 1940, traída desde la confluencia de Carrera de la Virgen con el Paseo del Salón. Se instalan además los puestos de flores y la farolería de fabricación hispalense.
Llega así a nuestros días una plaza que como podéis comprobar está cargada de historia, y en la cual se han trazado leyendas de todo tipo, sobre todo en época romántica. Disfrutar de una tarde de primavera, leer las carocas del Corpus, bailar unas sevillanas el día de la Cruz, son ejemplos de las muchas cosas que se pueden hacer en este espacio, demostrando que aún hoy sigue siendo parte fundamental de la ciudad.
Seguimos caminando...
Para ver la plaza de forma virtual, ver el enlace
5 comentarios:
Trabajamos en Bib-Rambla y aunque ya conocíamos la historia de este lugar, nos ha gustado mucho esta entrada. ¡Enhorabuena! Hemos compartido el enlace en FB y Twitter, para darle difusión, esperamos que no te moleste. Un saludo de todo el equipo de Cicerone.
Todo lo contrario, si llega a más personas, pues mejor. Gracias @cicerone. Os sigo en Twitter. Buena labor la que hacéis.
Por que no existe ninguna a principios del siglo xix
Muy buen artículo, gracias Alberto!
Lamentablemente (en mi opinión) ahora hay que añadir una triste página más a la historia de esta tan hermosa y granaina plaza, que es la desaparición de los kioscos de flores, y aún más triste para ser cambiados por los kioscos-tiendas para guiris (al menos así es como yo los llamo)
Gracias por tus palabras. En lo que respecta a tu comentario, estoy completamente de acuerdo en el hecho de que se deberían cuidar los comercios que potencien una imagen buena de la ciudad. ¿Alguien se imagina La Rambla de Barcelona sin los puestos de flores? Evidentemente, no! Esa es la razón de que estén protegidos por su ayuntamiento. Aquí, sin embargo, se ha optado por una opción completamente equivocada. El tiempo, sabio corrector, pondrá a cada cual en su sitio.
Un saludo
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