martes, 9 de agosto de 2011

Visita al Observatorio de Sierra Nevada

En uno de esos días de agosto granadino, caluroso y anodino, decidí asistir junto a la familia a una jornada de divulgación en Sierra Nevada relacionada con la Astronomía, organizada por el Instituto de Astrofísica de Andalucía. La planificación del día era muy completa:

Por la mañana, a eso de las 11, estábamos convocados todos los asistentes (más de 40 personas) en el Albergue Universitario, ubicado en la Hoya de la Mora (Sierra Nevada). En primer lugar se realizaron dos sesiones explicativas del trabajo de los astrofísicos, tanto en el observatorio como en la radioantena (IRAM).

La primera sesión de una duración aproximada de una hora, Matilde Fernández por parte del Instituto de Astrofísica estuvo explicando de forma amena a los asistentes la historia de la observación astronómica en Granada, iniciada en el Observatorio de Cartuja, por parte de los jesuitas en los años iniciales del siglo XX. Posteriormente, en los años sesenta se determina una nueva ubicación para las observaciones debido a la gran contaminación lumínica sufrida en Aynadamar.

Abandonado observatorio del Mojón del Trigo

Es por ello que después de diferentes indagaciones, se determina como lugar más aconsejable el Mojón del Trigo, en Sierra Nevada. Este sería durante mucho tiempo el centro de las investigaciones de los astrofísicos, aunque debido a las crecientes investigaciones y el consecuente aumento del personal, se convertían en más que necesarias unas reformas en estas instalaciones. Debido a la dificultad de realizarlas tanto por la ubicación del mismo como por la propiedad del observatorio, el Insituto de Astrofísica creado en 1975 determina buscar una nueva ubicación para uno nuevo. Aún hoy se observan las instalaciones abandonadas del citado observatorio.

Observatorio en la Loma de Dílar

La Loma de Dílar, a unos 2850 metros de altitud, sería el nuevo emplazamiento, y finalizadas las obras en 1981 se dispone de un edificio con dos cúpulas (de 5 y 8 metros) que permiten albergar los primeros telescopios: el Steavenson de 75 cm y otro francés de 60 cm. Ambos estuvieron en servicio hasta finales de la década de los ochenta, momento en el que se determina la compra de dos nuevos telescopios, que son los que actualmente se disponen. El telescopio francés se devuelve a sus propietarios, y el británico Steavenson se instala en el Parque de las Ciencias, y es el que todos los visitantes del mismo disfrutan en las observaciones que éste organiza.

Espejo del telescoipo de 1,5 m
Los nuevos telescopios se encargarían a una empresa china (de Nanjing), y serían de 1,5 m y 90 cm, ubicados en las cúpulas de 8 y 5 metros respectivamente. Instalados en 1991, operarían desde entonces con electrónica desarrollada por el personal del IAA. Estos son los telescopios que en esta jornada nos muestran amablemente.

Además, se completaba la siguiente charla con una explicación de las investigaciones realizadas con la antena de radio ubicada muy cerca del Observatorio citado antes. En este caso es el IRAM, o Insituto de radioastronomía milimétrica el encargado de organizar la visita. Una investigadora es la que explica a los asistentes los estudios realizados de los diferentes objetos del Universo gracias a la detección de las ondas emitidas por éstos. Son recogidas por diferentes antenas, y la ubicada en Sierra Nevada está diseñada para las microondas.

Radioantena en la loma de Dílar

La jornada seguiría por la tarde, después de almuerzo en el propio albergue. En diferentes vehículos nos trasladaron hasta la radioantena para la visita. Después de recorrer por el interior todas las instalaciones y ver los diferentes instrumentos, nos llevaron hasta el Observatorio astronómico. Terminábamos la tarde visualizando de cerca el telescopio de 1,5 metros.

Volvíamos al albergue caminando por una vereda no muy exigente y disfrutando del atardecer fresco de estas altas cumbres. Posteriormente llegaría el momento para la cena y la magnífica puesta de sol. Esperábamos pacientemente la aparición de las estrellas en un cielo espléndido. Dos técnicos del IAA eran los encargados de explicarnos los conceptos básicos de la astronomía, mostrando con sus telescopios los elementos más interesantes: galaxias, planetas, estrellas en formación, etc.

Atardecer desde la Hoya de la Mora


En resumen, una actividad muy recomendable para aquéllos que estén interesados en aprender estos temas, y además quieran librarse del tremendo calor que en estas jornadas sufrimos en la ciudad. Alternativa a la playa, con una mezcla entre ciencia y naturaleza. Todo un lujo.

Seguimos caminando...

Web del IAA: http://www.iaa.es/
Web de explicación de las jornadas: enlace

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